Recordatorio

Os recordamos que, en este blog, Isa escribe en azul y Fede en rojo. Cuando escribamos en común lo haremos en negro.

jueves, 29 de mayo de 2014

¡El mundo es un pañuelo!

¡Aquí estamos de nuevo!

Estrenamos nueva apariencia del blog, como ya bien habréis apreciado aquellos que seáis buenos observadores (esperamos que os guste). Aparte de eso, hemos hecho unos ajustes para que cualquier persona pueda escribirnos comentarios en las entradas, aunque no esté registrada (esto va por ti, suegra). Hemos agregado también un gadget para saber la procedencia de los visitantes al blog para posiblemente, en un futuro, elaborar una estudio estadístico de esos que tanto nos gustan (no tan molón como el POLLA, claro, ¡faltaría más!)

Ahora sí, vamos al lío.
La semana pasada corrió con total normalidad. En casa ya han terminado las obras así que, por el momento, ya no tenemos obreros. Sólo falta que venga un señor a ponernos unas mosquiteras que nos permitan abrir las ventanas del cuarto con total libertad porque si no, con el calor, éste se convierte en un horno y el ventilador no es suficiente para enfriarla (sólo remueve el aire caliente), así que con las mosquiteras esperamos que corra un poco más el aire sin que nos avasallen los mosquitos o se nos entre algún gato (que aquí los hay a puñados). El hombre ya vino a tomarnos las medidas; que, por cierto, las tomó desde fuera de las ventanas, en lugar de desde el cuarto. Él dice que las va a poner por ahí aunque yo, que no soy ninguna experta en este campo, pienso que lo lógico es ponerlas por dentro porque por fuera están las rejas y todo el percal… Pero en fin, no iba a ser yo quien se lo discutiera. Cuando las tengamos instaladas ya os contaremos.

Este fin de semana ha sido más tranquilo que el anterior. El viernes tuvimos como invitado para cenar a nuestro jefe Anselmo, que acaba de llegar después de seis meses en México, así que aún no lo conocíamos. Mila preparó una carne muy rica y yo hice mis primeras patatas ali-oli que, estará mal que yo lo diga pero, salieron de rechupete (gracias mamá por darme la receta). Anselmo trajo cervezas y refresco de guaraná (bebida tipiquísima aquí que a mí no me gusta nada porque sabe a jarabe con gas). Durante la cena hablamos de nuestro trabajo y de algunas ideas que él tiene para nosotros. El sábado no hicimos nada, pues estuvo lloviendo toda la mañana (ya sabéis, lo que es bueno para el POLLA no lo es tanto para nosotros, no se puede querer todo). Por la tarde, aprovechando que escampó un poco, salimos a dar un agradable paseo y poco más. 

El domingo, toalla en mano, nos fuimos Fede, Mila y yo a la Praia da Ponta Negra. En la playa (aunque se ven a algunos/as que se bañan con ropa) sí que se destila el uso de bañadores y bikinis (la mayoría tanga, por cierto, así que aquí sí que me sentí un poco mojigata). El sol pegaba bastante, así que nos untamos en protección para evitar quemarnos. Como siempre, Fede se quemó aquellas partes que dependen de que él mismo se las unte (tendrá que aprender a base de palos, como dice mi padre). Es muy típico ver a las mujeres preparar un potingue blanco que luego se reparten por todo el cuerpo (excepto pies y cara) con una brocha. Nosotros pensábamos que se trataba de un afán loco por quedar protegidas del sol pero yo aproveché para preguntarle a una chica que se sentó a nuestro lado y resultó ser camomila,
¡decolorante para el vello! Si no hubiese sido porque me enseñó el sobrecito de los polvos, no me lo habría creído. ¿Qué necesidad de untarse decolorante por los hombros o la zona de alrededor de los pechos? Si ahí, como mucho, (de no ser muy velluda) sólo habrá una pelusilla imperceptible, ¿no?
Y aprendiendo estas cosas se nos pasó una mañana la mar de entretenida. Mila y yo compramos unas patatas que nos quitaron el hambre pero Fede, que sí tenía, decidió almorzar allí unos ‘platos combinados’ de unos vendedores que van pasando (del estilo a los que pasan con el camarón en España). El plato estaba bien servido; un combi de espaguetis, arroz, pollo y farinha que hacían que quedarse con hambre fuese imposible (hasta para Fede). Además el precio era estupendo, 10 $R (el equivalente a unos 3 euros). También pasan vendiendo plátano frito y otras cosas típicas de aquí, todas con buena pinta, pero eso lo dejamos ya para el próximo día que vayamos.
Y, después de pasar una mañana estupenda y de coger algo de color (que no me venía mal), cogimos los petates y volvimos para casa. Justo en el momento oportuno porque, casualmente, empezó a llover (¡qué sorpresa!).

Aquí algunas fotos (muchas de ellas hechas por nuestra compi, Mila)

Un hombre embadurnando a su mujer con el potingue


Un selfie de Mila y mío

Un barco por el río

Chavales jugando al fútbol

Unas vistas del puente estupendas


La pareja de moda

Las nubes acechando
  



Un socorrista vigilando

Paseo 'rioítimo'




De vuelta a casa


El domingo, por la noche, Mila preparó una lasaña de atún estupenda e invitamos a cenar a Arquelino (que con tanta área misionaria nos tiene un poco abandonados). Se trajo a la cena a Valerio, un cura brasileño que acaba de llegar aquí para trabajar con los jesuitas en un proyecto. ¿Y a que no sabéis desde dónde venía directamente? Sí, desde España, pero… ¿más concretamente?¡ Efectivamente! ¡Badajoz! Acababa de pasar un mes entero viviendo en Badajoz, con los jesuitas de allí, en el barrio de San Roque. Había conocido a muchas de las personas de Cáritas con las que nosotros habíamos trabajado y, por supuesto, a nuestro querido formador del Volpa, Tomás (jesuita de Badajoz).  Y es que, efectivamente, ¡el mundo es un pañuelo! Entre tanta sorpresa, pasamos un rato más que agradable.

Con Valério, aún sorprendidos por la casualidad.

Y aquí otras fotos en general, no os quejaréis del reportaje eh:

Las ali-oli

Momento de relax en la hamaca

Fede prefiere las visitas de altura

Nosotras, todo lo contrario


Abrazos para todos.

Fede e Isa.













lunes, 19 de mayo de 2014

FIN DE SEMANA MOVIDITO

Hola gente!!!
De acuerdo con la entrada anterior, ésta toca empezarla hablándoos de la celebración del día de las madres. Como ya sabemos, en España, es el primer domingo de mayo; pero aquí, es el segundo. Fede y yo lo celebramos con los niños de la capoeira y sus madres el viernes día 9 (pues el domingo era festivo y no iba a haber capoeira). Como ya sabéis, yo estaba preparando un baile con los niños para que, ese día, lo representaran orgullosamente ante sus madres. El tema escogido (por mí) fue la canción “Hijo de hombre” de la película de Tarzán (de Disney); pero, por supuesto, usé la versión en portugués “Filho de homem”, mucho más oportuna y, lo que es más importante, los niños entenderían la letra. Tuve dos días para prepararla con ellos y debo decir que al principio me desesperaba un poco pues no tengo demasiada paciencia para lidiar con tantos niños (eran unos 15 de muchas edades mezcladas), por no decir que lo de ser profesora de baile tampoco va demasiado conmigo. Pero bueno, lo pasé con ellos estupendamente. El día en cuestión, nos fuimos para el centro un poco antes de la hora acordada porque yo había pensado en, para el baile, pintar las caras de los niños con motivos de animales: leopardos, tigres, mariposas y arañas. Los pinté y les dije que no jugaran demasiado porque el sudor estropearía el maquillaje; y, la verdad, es que se comportaron bien pero, claro, no sudar en Manaos es prácticamente imposible (¡ilusa yo!). Cuando ya estuvieron todos listos, comenzó el baile. La representación salió bastante peor que en los ensayos (creo que estaban demasiado nerviosos y emocionados), pero me lo pasé estupendamente y hasta me emocioné (esto no lo sabía nadie; ahora, todo el mundo), así que no quiero ni pensar en el berre que me habría pegado si hubiese salido perfecta jaja.
A ver si os emociona tanto como a mí

Después de esto, los muchachos bailaron/lucharon capoeira junto con los profesores Neto y Ney. Algunos cantaban y tocaban el birimbao para acompañar la danza. Una puesta en escena que hicieron los dos profesores impresionaba bastante, pues tenían cada uno un palo en una mano y un machete (con el que luchaban entre sí) en la otra; además, de vez en cuando lo pasaban por el suelo y salían chispas, muy llamativo.
Al finalizar todos los bailes y algunas lecturas dedicadas a las madres, repartieron unas rosas de plástico a cada una de ellas (a mí también me dieron una, ¿me verán ya cara de madre?). Después, cenamos allí todos juntos. Algunas madres voluntariosas cocinaron sopa muy rica y perritos calientes. En definitiva, fue una tarde-noche muy agradable.

Al día siguiente, sábado, fuimos por la mañana a dar un paseo por el centro. Por la noche vinieron a casa a cenar Arquelino y Jodson (éste último está opositando a padre); pedimos unas pizzas en la pizzería que tenemos a la vuelta de la esquina y les invitamos a cenar. Más tarde llegaron más jesuitas que se sumaron a la velada y decidimos sacar el juego del “Ugha Bugha” que trajo Fede de España. Fue muy gracioso, a todos les gustó el juego y nos divertimos mucho. Antes de volver a casa, Mario, otro jesuita (colombiano) que está en proyecto de ser padre (en el sentido religioso, se entiende) nos ofreció ir en la tarde del día siguiente a un concierto de reggae tributo a Bob Marley. Nos encantó la idea y aceptamos. Así que el domingo a las 20:00h nos plantamos allí los tres (sí, algo tarde para tener que trabajar a la mañana siguiente; no tiene mucho sentido, normalmente los conciertos son viernes o sábados, pero qué le vamos a hacer). El sitio era chulísimo, unas vistas muy bonitas; en la entrada anterior os pusimos fotos, pero no se aprecia bien porque ya era de noche. El ambiente era estupendo y el concierto estuvo muy bien (tocaron tres grupos), sin duda, fue un acierto ir.

Esta semana pasada ha transcurrido con normalidad. Como anécdota (del estilo a la del boquete del mueble) os contaré que uno de los días, por la siesta, Fede se despertó porque estaba escuchando ruidos en la puerta de casa, en la de la verja de fuera. Se levantó y fue a ver qué ocurría. Al ir para allá, ¡sorpresa!, se encontró a un señor cambiándonos la cerradura. Sí, sí, SIN PREGUNTAR, como siempre. El tío decía que a uno de los albañiles (a los que les habíamos dado esa llave) se le había roto la llave dentro. Y no se les había ocurrido otra idea que la de cambiar la cerradura ya, en ese momento, sin ni siquiera comprobar que estábamos en casa y sin consultárnoslo siquiera. Menos mal que estábamos allí (y que yo me desperté, porque si es por Isa…), porque si hubiésemos estado todo el día fuera, habrían sido capaces de cerrar después de cambiarla y a ver cómo habríamos entrado luego sin tener la llave… En fin, como siempre, nos lo tomamos a guasa pues, realmente, nos hizo mucha gracia.
Este fin de semana que ha pasado, ha sido bastante movido. 

El sábado decidimos acercarnos a la Praia da Ponta Negra, que aún no habíamos visitado. Al llegar allí, el ambiente cambia bastante, tienen como un paseo con palmeras que hacía parecer que estábamos en Miami Beach. Se nota que allí vive gente de posición más acomodada. Fede aprovechó para darse un baño. Yo ni me molesté en llevar el bikini (pues estaba indispuesta para tomar baño, cosas de mujeres). Al lado de la Praia, está el hotel Tropical, uno de los más caros de Manaus (si no el que más). Así que después del baño, decidimos colarnos para verlo y ver si podíamos acceder también a su piscina (que Fede había visto en internet que era de esas infinitas y con vistas al río Negro). Así que nos pusimos a ello. La excusa, si nos pillaban, era la de querer ver el hotel porque somos españoles que vivimos aquí, pero nuestra familia tiene idea de venir a vernos y había pensado alojarse ahí… Pero no tuvimos que usarla, porque nos debieron ver tanta pinta de guiris, que nos colamos sin problemas. Eso sí, de ver la piscina habíamos hablado bastante, pues necesitábamos la tarjeta de huésped para acceder, así que nuestro plan no pudo completarse porque esperar a que saliera o entrase alguien era demasiado cantoso.

 Recién llegados a Ponta Negra

 Detrás se aprecia el puente sobre el río Negro

Con la playa detrás

 El gran edificio que se ve al fondo es el hotel


 Acaparando todas las miradas


En el ascensor del hotel

Cogimos el bus, en dirección a casa, pero decidimos pasar por Shopping Ponta Negra que  estaba de paso. Es un centro comercial. Aproveché para comprar algunos productos de higiene personal y estuvimos dando un paseo por él. Entre tanto, una de las orquestas que toca en el Teatro Amazonas había ido allí para tocar y promocionarse. Al terminar, el director de orquesta ofreció su batuta para algún voluntario que quisiera dirigir la orquesta. Y Fede, que se ha tomado muy a pecho su “título” de voluntario (chiste de We), aceptó el reto. El resultado os dejo que lo veáis vosotros mismos. Después de esta demostración, decidimos quedarnos por allí a comer pues ya era bastante tarde. Subimos a la última planta donde estaban los restaurantes y las sillas y mesas comunes a todos. Cada uno pedimos nuestra comida en un sitio distinto. A mí, después de pagar, en lugar de darme mi factura con un número para avisarme (tipo Telepizza); me dieron la factura con un aparato metálico… Obviamente, puse cara de cateta y tuve que preguntar cómo funcionaba la cosa (no sé vosotros, pero yo en España nunca lo había visto). Me dijeron que cuando mi comida estuviese lista, el aparato comenzaría a vibrar y a emitir una luz roja. Asombrados nos quedamos con el avance tecnológico.
Fede dirigiendo la orquesta

Aquí, en plena acción, el artilugio que me hizo quedar como una cateta.


El  domingo Arizete, la monja que lleva lo de la capoeira nos había invitado a Presidente Figueiredo, es una localidad a 120km de Manaos conocida por sus riachuelos con cascadas donde bañarse, el viaje estaba organizado desde el Centro y la finalidad oficial era la de entrenar allí y ver a Mestre Gato (algo así como el gran sensei). Quedamos a las 6:50 en el Centro (que está a 10 min de nuestra casa) con uno de los que iban a venir para que nos llevara al sitio de partida oficial, sorprendentemente salimos a la hora marcada, las 7:00, nada más subirnos al bus empezaron a pasar chupitos de cachaça a palo seco, lo que me hacía suponer que el entrenamiento estaría relegado a un segundo plano, una vez llegados a casa de don Gato, encendieron una parrilla (para avivar el fuego no dudaron en echar bolsas de plástico) y nos dedicamos a bañarnos en la catarata que pasa por la parcela del Mestre y a hacer un par de rodas de capoeira mientras se hacía la comida, todo aderezado por una cantidad salvaje de cerveza que habíamos llevado desde Manaos, el día continuó con mucha capoeira, mucho birimbao y tambor y muchísima cerveza. Llegado un momento, decidieron ir al pueblo, fuimos a una de las playas de río más popular de la zona (se daba un aire a las de La Vera en Extremadura) y estuvieron practicando capoeira para el deleite de los bañistas, estuvo muy divertido, como curiosidad decir que un mototaxista (aquí hay muchas mototaxis) me dijo que si se podía hacer una foto conmigo porque según él me parecía a una estrella de la televisión, aseguraba que no era coña y me preguntó si podía mandarla a la tele…, os adjunto la foto para que juzguéis el parecido por vosotros mismos. Nos bañamos en el río un rato y nos volvimos a casa, no sin antes parar en una gasolinera para comprar más cerveza, llegamos sobre las ocho, cansados y yo con muestras claras de embriaguez y quemaduras de segundo grado en la espalda. Decir que el viaje fue muy… brasileño… y que no dejaron de tocar el tambor y cantar canciones de capoeira (son bonitas para un rato pero tienen cierta tendencia a volverse repetitivas al extremo después de 12 horas oyéndolas).


Rueda de capoeira en Ponta Negra


Preparando el churrasco




 Un señor se subió a una palmera para atarle una cuerda para, después, talarla y ayudar a guiar  la caída.

Juego de palabras (No tire basura, practique capoeira. En español mola menos)

Y ahora, juzgad el parecido:

Rafinha Bastos, la estrella brasileira a la que (supuestamente) me parezco.

jueves, 15 de mayo de 2014

Fotos prometidas de la entrada anterior y un adelanto de la próxima

Aquí os dejamos la entrada prometida de fotos.
Primero, las del 1º de Mayo.

Jugando al dominó estilo brasileño

Reedición de las partidas Kasparov-Deep Blue

Reparto de regalos.

Esperando a la diosa Fortuna

Isa con Cleomar y su regalo, unas hawaianas.

Trabajadores, voluntarios y algunos jesuitas.

Isa comiendo con Simone, una de las trabajadoras.

Las estrellas del volley brasileño.

Aunque no hemos hecho la entrada correspondiente, subimos las fotos de la celebración del día de la madre en el centro de Capoeira donde los alumnos de Isa hicieron una actuación memorable...

Con Ney y Neto, los maestros de la capoeira

Cenando.

Isa pintando a sus alumnos para el baile.

Centro de Capoeira.

Otra entrada que tenemos pendiente, es en la que contaríamos nuestra noche de domingo en la que Mario nos llevó a un concierto de reggae en un bar con preciosas vistas al Río Negro.

Con Mario en el bar, al fondo se intuye el punte sobre el río, 
lastima que fuera de noche porque las vistas eran espectaculares.


Uno de los tres grupos que tocaron.

Terminamos la batería de fotos con una del viaje en bus, algunas de nuestra casa (a petición de Luís Salamanca) y, por supuesto, el famoso proyecto POLLA.

No se aprecia, pero el autobús iba realmente petau.







Al fondo se puede apreciar la estación meteorológica principal del POLLA.

Capilla particular con olor a madera terrible... Queda por pintar el altar.

  

No hemos querido añadir fotos de nuestro cuarto para mantener esa intriga que tanto nos gusta. Estad atentos, quizás aparezca en próximas entradas.

Gracias a todos los que nos leéis y también a aquellos que nos hacéis saber que os gusta lo que escribimos, es muy gratificante.
Un abrazo a todos.