Puente del trabajador y más cosas

Hola de nuevo, queridos lectores.

Lo primero pediros disculpas por la larga ausencia, debida sobre todo a dos importantes factores, problemas técnicos con Internet y vagancia extrema.

Yo hace bastante tiempo que no escribo ya que Isa no me permitió meter baza en la entrada anterior (No es cierto, lo que pasa es que se dejó llevar por la vagancia extrema de la que ha hablado antes), esta semana pasada fue bastante corta en lo que a empleo se refiere, el 1º de mayo los jesuitas nos habían invitado a todos los trabajadores (y voluntarios) con sus familias a una “feijoada” en el campo (del que ya se ha hablado largo y tendido en este blog). Para ir, los jesuitas habían alquilado un autobús que salió extrañamente puntual, los brasileños (al menos los del Norte) no se caracterizan por su puntualidad, se ve que la idea de feijoada gratis les había hecho despertarse más temprano a pesar de que había amanecido con lluvia (estrenamos nuestros chubasqueros, aumentando así nuestra pinta de gringos, hay chavales del barrio que nos saludan en inglés). El caso es que el autobús salió sólo con media hora de retraso e hicimos el viaje más frio que recuerdo, el conductor debía tener puesto el aire acondicionado en el modo “Siberia en navidad”… Ya en el campo estuve jugando a volley, dada mi conocida habilidad para los deportes no tardé en resbalarme en un charco de barro, el mismo día también me resbalaría en un suelo de cemento causando heridas en mi brazo de diversa consideración. Después de estos percances decidí pasar a otro deporte más adecuado a mi condición física, el dominó, en el cual tuve un papel más meritorio. Comí como un animal y dio para bañarme un poco en la piscina en una tregua que nos concedieron los cielos.

Ese día, los jesuitas organizaron también un espacio con los trabajadores para darnos unos regalos que nos habían comprado. Aunque cada presente tenía el nombre de su destinatario, para hacer más interesante el asunto, usaron un bombo con bolas de bingo. Nos dieron a cada uno unos papelitos con un número y después fueron sacando del bombo los números que establecerían el orden de entrega de los regalos. Yo salí el primero. Desde mi punto de vista fue todo un detallazo. A Fede y a mí nos compraron unas chanclas Havaianas (la marca estrella de aquí), pero no contaron con que el tamaño de nuestros pies va acorde al de nuestros cuerpos pues a Fede le compraron un numero 41/42 y a mí el 39/40. Así que tuvimos que ir a cambiarlas (hay que decir que hasta nos dieron más dinero por si teníamos que añadir algo a la hora de hacer el cambio). La tienda era exclusivamente de chanclas y algún que otro llavero de la marca. Yo cambié mis chanclas por unas del 41/42, pero el pobre Fede se quedó sin su par porque Havaianas aún no se ha dignado a fabricar 49. Así que, como no nos devolvían el dinero de sus chanclas, ese importe lo cambiamos por un par de llaveros y también dos pines de la bandera de Brasil especiales para ponerlos en las chanclas.

El viernes me desperté medio malo de la garganta, lo suficiente como para decidir no ir a trabajar y hacer puente y dedicar el día al perreo extremo en mi hamaca. El sábado amanecí mejor pero el tiempo estuvo muy malo así que no hicimos nada hasta por la noche que Arquelino nos llamó para ir con unos amigos suyos a jugar a los bolos, de nuevo demostré mi habilidad deportiva quedando último en la primera partida y consiguiendo un notable penúltimo puesto en la segunda. ¡Bravo yo!

En otro orden de cosas he dedicado mi tiempo libre a un importante proyecto científico, quería comprarme un pluviómetro y un cura me pasó una página pero resultó que estaban fuera de mi presupuesto, ni corto ni perezoso, me dispuse a fabricarme mi propio pluviómetro con ayuda de un embudo y una botella de dos litros, mediante unos complicados cálculos (regla de tres y cálculo del área de un círculo) averiguo la cantidad de lluvia por metro cuadrado, adjunto fotos del proyecto al que llamaremos POLLA (Proyecto de Observación de Lluvia Amazónica).

Pero no todo iba a ser POLLA. También estamos invirtiendo algo de tiempo en seguir viendo Breaking Bad, la cual seguimos viendo debido a lo bien que nos ha hablado de ella todo el mundo. De no ser así, hace tiempo que habríamos dejado de verla porque, aunque me gusta (a Fede no tanto), hay capítulos en los que casi no ocurre nada y se hace bastante lenta. Vamos por el capítulo 4x04; esperemos que, al final, merezca la pena.

Toda esta semana hemos estado sin Internet, supuestamente hoy iba a ir el técnico a arreglarlo; pero no sé, porque eso, traducido al portugués, podría ser la semana que viene…

No nos han mandado las fotos que queríamos poner, así que prometemos una entrada sólo de fotos para la siguiente.
Un abrazo.