¡Ay ay! Somos un poco huevones a la hora de escribir,
pero es que a veces nos resulta complicado encontrar un hueco y, una vez que lo
encontramos, echarle un poquito de ganas.
Estos días están siendo un poco raros, el mundial nos
tiene algo desorientados. Aquí se toman muy muy muy en serio los días en los que
Brasil juega, esos días como que se paraliza el país entero; la gente no va a
trabajar y colegios y universidades cierran sus puertas. Así que todos se
sorprenden cuando nosotros trabajamos y, ciertamente, es un rollo porque esos
días recibimos a poquísimos haitianos (yo creo que ellos saben que en fecha de
juego poca gente trabaja y no quieren arriesgarse a que nadie los reciba en
nuestro escritorio).
El sábado día 14 se estrenó el Arena de Manaus, ese
estadio construido sólo para jugar cuatro partidos de la copa (aún desconocemos
para qué se usará en un futuro). No queríamos quedarnos recluidos en la casa,
así que Carmen, Jairo, Fede y yo decidimos salir para ver qué se respiraba por
ahí. Fuimos a Ponta Negra donde está montado el FIFA Fan Fest: un escenario con
una pantalla enorme (nitidísima, por cierto) en la que televisan cada partido
del mundial, rodeada de unas gradas para los asistentes. La zona contaba con un
gran despliegue de seguridad (¡había hasta barcos de guerra pegando a la orilla
de la playa!, y
policía militar sacando a la gente del agua cuando llegó la hora a la que se
van los socorristas) y tornos con vigilantes que te daban el visto bueno para entrar (detector
de metales y hurgamiento de mochila incluidos y lo que no son mochilas). En el recinto había también puestos de cerveza
(Brahma y Budweiser) y, por supuestísimo, de Coca Cola. Algunos de los stands
eran simplemente promocionales, en los que podías hacer cola para jugar a algo
y después te daban un detallito por haber participado. Como no podía ser de
otra manera, Fede y yo nos pusimos en una fila para poder disfrazarnos de latas
de cerveza; el regalito que nos dieron fue una bandera de la marca con los
colores de la bandera brasileña, la cual usamos después para sentarnos en el
césped (las gradas de cemento estaban ocupadas) sin mancharnos el culo (y que Isa y su amigo Diógenes
se niegan a tirar y tenemos rondando por casa). Estuvimos un rato viendo el
partido de Italia- Inglaterra; fue bastante entretenido y curioso pues, en
general, la gente a nuestro alrededor no iba con ningún equipo en concreto y
celebraban todos los goles fueran del que fueran. También aplaudían con orgullo
cada vez que salía en la pantalla alguna imagen de los exteriores del estadio o
cuando un comentarista decía algo bonito de él o de Manaus.
Con el armadillo, mascota oficial del mundial.
Observando cómo los militares desalojaban a los bañistas.
Disfrazados de birra y haciendo nuestro famoso baile del pasillo.
Sentados en los jardines que rodeaban las gradas.
"Barquito" de guerra.
El domingo comimos en casa, después de la siesta nos
fuimos al centro las dos parejas a ver qué se cocía por allí con el tema del
mundial, en la zona más turística, donde está el Teatro Amazonas, han puesto
pantallas gigantes donde ponen todos los partidos y muchas sillas para que la
gente los vea allí, había mucho ambiente, sobre todo brasileños que disfrutaron
como bosnios cuando metieron gol a Argentina. También hacen muchas actividades
culturales, en el Palacio de Justicia, un palacio de la época dorada del
caucho (dorada para los ricos, claro) que estábamos visitando nos dijeron que
iban a hacer una representación musical, había un señor con un trombón, uno con
una tuba y dos con trompas (he tenido que buscar en Google los nombres de los
instrumentos, obviamente), en el momento de las preguntas, comenté mi
experiencia como director de orquesta y resultó que uno había trabajado bajo
mis órdenes, el mundo de la música clásica es un pañuelo, tarde o temprano
acabamos coincidiendo todos…
El martes jugaba Brasil a las 15:00 (hora de Manaos) y,
aunque no se suele currar, nosotros si nos pasamos por la oficina (nosotros y
dos haitianos, tuvimos una entrada regulera), al bajarnos del bus de ida, nos
encontramos con Rafa (menuda sorpresa!, casi lloro), un jesuita que estaba en Madrid cuando tuvimos que
hacer todos los papeles del visado, que nos ayudó mucho (junto con Natalia, que también nos ayudó muchísimo y desinteresadamente) y nos informó sobre los
jesuitas de aquí de Manaos, él llegó a Amazonas poco antes que nosotros y trabaja en Tabatinga, la ciudad brasileña
situada en la triple frontera con Colombia y Perú (a 36h de barco río arriba),
es una zona bastante complicada, fronteriza, en mitad de la selva, sin ninguna
ciudad grande cerca, tráfico de drogas y personas (muchos de los haitianos que
atendemos entraban por ahí, pero parece ser que los coyotes les piden demasiada
pasta y han cambiado esa ruta por Acre, estado fronterizo con Bolivia) el caso,
que ahora a Rafa lo han destinado a Acre y tenía que venir a Manaos porque su
vuelo salía de aquí y se había pasado por nuestro trabajo a visitarnos,
quedamos que después vendría a ver el fútbol a casa, nos estuvo contando su
trabajo (que
con lo gracioso que es y su acento malagueño, sus relatos se convertían en
monólogos), estuvimos
comentando cómo nos iba, en fin que pasamos una tarde estupenda y ni nos
enteramos de la floja actuación brasileña (el 0-0 contra México) que, sin embargo, nos sirvió
como defensa frente a los ataques contra la Roja hasta los acontecimientos del día
siguiente.
Conversando con Rafa, Jairo y Carmen (que nos hizo la foto).
Los relatos de Tabatinga nos gustaron mucho.
Despidiendo a Rafa que, a la mañana siguiente, salía para Acre.
En los días siguientes a estos acontecimientos Espana
quedó eliminada, lo cual nos da igual excepto por la caña que nos meten los
brasileños, que debían pensar que estábamos apenadísimos y no conciben que no
nos guste el fútbol. El partido de eliminación lo vimos en casa de Arizete (una
hermana que estuvo en el Equipo Itinerante, de la que ya hemos hablado y que
nos cae estupendamente); ella nos invitó a su casa para comer y después ver el
partido allí con el resto de hermanas que viven en la casa. Lo pasamos muy bien
y el pescado que prepararon estaba riquísimo.
Este fin de semana volvimos a ir al centro, esta vez los
5, para continuar nuestra visita al palacio de justicia (la otra vez, después
de la actuación de la orquesta cerró sus puertas y no pudimos verlo). Allí
tienen guías que, gratuitamente, te muestran cada habitación contando su
historia, qué se hacía en ella y quiénes tenían acceso. Estuvo entretenido e
interesante.
El domingo por la mañana Mila, Fede y yo fuimos a Ponta
Negra (ya nos tocaba un poquito de playa), donde habíamos quedado con Claudio,
padre que acaba de terminar su cargo como Director General del Apostolado de la Oración (un cargo, al parecer,
bastante importante y que lo normal es desempeñarlo durante 6 años, pero él ha
estado 7). Al igual que Rafa, está aquí de paso para ir a Acre. Arquelino nos
lo presentó y al escuchar que teníamos intenciones de ir a Ponta Negra el
domingo, se apuntó con nosotros. Fue una mañana agradable: tomamos el sol, nos bañamos,
charlamos…
En la entrada del Palacio de Justicia con Carmen y Jairo.
Interiores del palacio.
Cuadro en el que se expone detalladamente la labor de los madereros.
Desde el balcon del palacio hay unas vistas estupendas hacia el Teatro Amazonas.
El equipo VOJAM (Voluntariado Jesuíta na AMazônia)
Fede y Ney durante el último partido de Brasil.
*NOTA: Esta entrada fue terminada el martes 24, pero por diversas razones no hemos podido publicarla hasta hoy, día 27. Lo ocurrido a partir del martes será ya parte de la próxima entrada.
Agradecimientos a Carmen y Jairo porque, exceptuando tres fotos, el resto son hechas por su cámara. Nosotros tenemos que hacernos de una nueva batería para la nuestra, que casi no dura nada encendida.
Gracias por leernos.
Besos y abrazos para todos.
Fede e Isa.