Recordatorio

Os recordamos que, en este blog, Isa escribe en azul y Fede en rojo. Cuando escribamos en común lo haremos en negro.

viernes, 13 de junio de 2014

SERINGAL, PALESTRAS Y... DÍA DE LOS ENAMORADOS???

Aquí estamos de nuevo,
Mientras comienzo a escribir estas líneas, cumplimos los primeros dos meses en Manaus, nos queda 11 veces lo que llevamos, ni tan mal.
El fin de semana pasado ha sido muy entretenido, durante la semana nos fuimos al centro de capoeira con los colombianos para enseñarles el lugar y presentarles a Arizete (la monja que lidera el asunto) Después nos invitó a su casa y estuvimos hablando de lo divino y lo humano, entre otras cosas nos comentó que había un mercado de pequeños productores en la universidad el viernes y decidimos que nos pasaríamos después del trabajo para ver cómo era, y así de paso conocer el campus.
Llegado el viernes, Isa no vino a trabajar debido a un flujo intestinal algo desordenado (:() causado por la ingesta de unos cereales (de linaza) de nuestras compañeras para facilitar la expulsión de heces, cuando volví ella estaba peor así que decidimos no ir al mercado (cara de pena) (bueno, al menos el mercado se pone todos los meses). Estuvimos dedicándonos al noble arte del perreo durante toda la tarde; jugamos a las cartas con los colombianos, les enseñamos a jugar al Continental, cenamos en nuestro porche y la cena se convirtió en una agradable velada a la que puso el broche final Mila, que llegó a casa por la noche y nos preparó unas pseudo caipirinhas muy ricas para que brindáramos.

El sábado amanecimos temprano porque habíamos decidido ir al museo de la Seringa, está fuera de la ciudad así que teníamos que ir en bus hasta la marina y después coger un barco de línea, el bus resultó que no pasaba por donde yo tenía planeado así que contratamos un conductor que se dedica a hacer viajes por 5R$ por persona, nos metimos los 5 (6 con el conductor, por si no os habíais dado cuenta) y allí que nos fuimos. Para coger el barco no hubo problemas, es una pequeña lancha de 30 plazas aproximadamente que esperan a que esté lo suficientemente llena para que les compense el viaje y luego te van dejando en las diferentes paradas, un autobús fluvial. El paseo fue muy agradable, te das cuenta de la inmensidad del rio, el Rio Negro, más ahora que estamos en época de crecida y casi no se ve una orilla desde la otra. 

Barco atracado en el puerto

Mila con su nuevo sombrero y Carmen


Rumbo al museo

De camino algunos barcos y casas flutuantes 

El interior del barco

Selfie de rigor







Surcando las aguas del río Negro








El patrón de la lancha


Observando y meditando

Gente esperando en la 'parada'


Transporte escolar de muchos chavales de la zona

Preparándose para un loco transbordo en medio del río

Efectuando la operación

Otro selfie con Carmen

El museo es un seringal que se construyó a imagen y semejanza del Seringal Paraíso que estaba situado en el rio Madeira (buscad en Google) para la película A selva basada en el libro homónimo de Ferreira de Castro, un portugués que, en plena fiebre del caucho, se vino a trabajar en ese seringal y pasó las de Caín hasta que descubrieron que sabía leer y le pusieron a trabajar en la contabilidad. En el museo te explican todo el ciclo del caucho y las condiciones de vida en las que vivían los trabajadores y el patrón, para más información recomiendo venir a verlo, si os cae a desmano también podéis leer los libros Manaos de Vázquez Figueroa (sobre la vida  en un seringal a finales del XIX durante la primera fiebre del caucho) o Senderos de Libertad de Javier Moro (sobre la segunda fiebre y la vida de Chico Mendes) pero no es lo mismo que verlo en persona ;) 


La bandera de Amazonas 'ondeando'

Nuestra Mila posando

Utensilios usados por los serengueiros

Masa de caucho

Caja registradora que usaban

Las redes que usaban los serengueiros


Báscula donde pesaban el caucho

La amable guía que nos informó de todo

Botando la masa de caucho cual pelota

Una capilla muy bien decorada


Seringa llena de cortes para obtener la savia

Proceso de obtención

Banhera que usaban los senhores

Naturaleza reflejada en el río Negro

Hormiga (o Elefante)...

Así eran las palafitas donde dormían los serengueiros

La cama en la que dormían los capataces

Para preparar la farinha

Vistas desde la casa de los senhores


Tienen un libro donde nuestras firmas quedaron para la posteridad






De vuelta,se presagiaba tormenta...


Cuando volvimos, mientras comíamos unos chavales vestidos de boy scout se pasaron por casa y me comentaron que si podría acompañarles a la iglesia adventista (aquí por cada tres casas hay seis iglesias evangelistas de diversa índole) porque tenían como tarea presentarse a la reunión de desbravadores (boy scout en evangelista) con un extranjero, uno que se toma su papel de voluntario muy en serio (como ya he demostrado dirigiendo una orquesta) no pudo decir que no y les dije que vinieran a recogerme después de comer, para entonces los colombianos y nos presentamos allí junto con la documentación que demostraba nuestro condición de expatriados. Allí, después de muchos cantos y un examen a los chavales sobre el libro de Salomón con preguntas sobre cuántos trabajadores empleó el templo o cuantos talentos de oro consumía al mes, nos subieron al estrado junto con el representante de cada uno de los grupos que nos llevaban cual trofeo de caza y nos presentamos, como premio nos llevamos un libro y una caja de bombones de dudosa y extraordinaria calidad respectivamente. Los otros extranjeros que consiguieron captar fueron un gringo y un peruano, al salir de la iglesia nos pusimos a charlar con este último, Héctor, lleva un par de meses aquí en Manaos y las cosas no le están yendo demasiado bien, no conoce a mucha gente y no tiene trabajo, le comentamos que íbamos a ir a una fiesta organizada por la Pastoral del Migrante (la organización responsable del proyecto  Pro Haití en el que trabajamos) en la que estarían migrantes de muchos países, bailes y comidas típicas y jolgorio variado, Héctor se apuntó y quedamos que se pasase por nuestra casa a la hora convenida.
Y allá que nos plantamos en la “Fiesta dos migrantes” los cinco moradores de la compensa y Héctor. La celebración era en una especie de pabellón y estaba abierta para todo aquel que pasara por allí. Había puestos de comida de varios países (Colombia, Venezuela, Perú, Haití y, por supuesto, Brasil); estaban formados por comunidades de personas naturales de cada uno de esos países (y, por ende, migrantes aquí en Brasil), que se volcaron en ambientar muy bien sus respectivos puestitos: banderas, camisetas, letreros, trajes típicos… Yo opté por probar una arepa de queso (típica colombiana), que resultó estar muy rica; y también un helado de maracujá súper cremoso y sabroso (éste típico brasileño). Fede aprovechó para tomar algunas cervezas y una empanada típica haitiana. Entre bocado y bocado, pudimos disfrutar también de bailes típicos de cada zona, algunos más entretenidos que otros, especialmente el de Haití, en el que una señora bailaba medio  desencajada al ritmo de un tambor y todo el mundo parecía expectante ante la clara posibilidad de que se le saliese una pechuga que ya llevaba medio fuera. Finalmente, inexplicablemente, no se dio tal espectáculo.
La fiesta nos gustó mucho, una buena oportunidad para compartir y disfrutar de otras culturas.

La rica arepa que degusté


El ambiente de la fiesta


El domingo fuimos a comer a casa de una señora que aún no conocíamos. El intermediario en el asunto fue Arquelino. Cuando llegamos a la casa fue realmente emocionante, la señora se había volcado de lleno (junto con unas vecinas que se ofrecieron a ayudarla voluntariamente) en preparar nuestra comida. Y si eso sólo ya tiene mérito, imaginaos si, además, justo antes de la hora acordada habían estado 8 horas sin energía eléctrica. Las pobres habían preparado todo como pudieron (hasta salieron a comprar un cargamento de agua helada porque la que tenían estaba como un caldo). Y la verdad es que, a pesar del contratiempo que les surgió, si no  nos lo dicen ni nos habríamos dado cuenta porque salió todo riquísimo. No es para menos, después del cariño que habían puesto y de las ganas que tenía de que fuéramos. Así que la señora no pudo evitar emocionarse por nuestra presencia allí y porque gracias a la labor altruista de sus vecinas había conseguido que saliese todo estupendamente.
La comida fue estupenda y el trato inmejorable, una señora buenísima y unas vecinas ejemplares.
Después del almuerzo nos fuimos con Arquelino a una misa de Pentecostés que había en pleno centro de Manaus, al aire libre. Había un escenario grande donde el obispo estaba oficiando la eucaristía; las calles estaban abarrotadas, incluso había una pantalla grande que mostraba más de cerca la misa para aquellos que estaban más alejados del escenario. Al cabo de un rato Fede, Mila y yo ya estábamos cansados y decidimos volvernos a casa; no así los colombianos, que decidieron esperarse para acabar la misa.

Aparte de este fin de semana lleno de eventos, toda esta semana también ha sido muy ajetreada. El martes comenzamos un curso de la Amazonía con el Padre Guillermo en el que nos habló principalmente sobre la cultura, un tema en el que él está muy empapado pues lleva trabajando mucho tiempo en el proyecto Panamazónico. Después tuvimos una reunión de la pastoral dos migrantes con motivo de la semana del migrante, que está siendo ahora; se invitó a los haitianos a asistir a una charla de un trabajador del ministerio de trabajo para orientarlos en temas laborales pues, la mayoría de las veces, los brasileños que los contratan juegan con ventaja aprovechando su desconocimiento de las leyes brasileñas. El miércoles fue la continuación de curso, pero esta vez vino un diputado del PT (Partido dos Trabalhadores, el de Dilma y Lula) para hablarnos sobre la situación político-económica del estado amazónico; la charla estuvo bien en algunos aspectos, en otros no tanto (ya sabemos que cada uno barre pa’ lo suyo). Ese mismo día tuvimos también una reunión de nuestro trabajo, para aclarar ciertas cosas. Así que fueron dos días muy intensos.
Ayer, jueves 12 de junio, fue el día de los enamorados aquí en Brasil. De todas formas yo creo que ni los propios brasileiros se enteraron pues quedó pisoteado por el inicio de la copa que, como podéis imaginar, aquí se celebra con muchísima intensidad. Fede y yo fuimos invitados por uno de los profesores de capoeira para ver el partido que abría el inicio del mundial en el que, por supuesto, jugaba Brasil. Ni pudimos ni quisimos rechazar tan suculenta oferta, así que p’allá que fuimos. Aquí el juego empezaba a las 16h, pero quedamos a las 14h para ver también todo el espectáculo del principio (incluido el cantoso playback de Jennifer López y Pitbull). A mí no me gusta el fútbol pero lo pasamos estupendamente, la gran familia Valente (la del profe) nos abrió las puertas de su casa; había cerveza y churrasco y, aunque querían invitarnos (son tremendamente generosos), no podíamos aceptarlo y aportamos una modesta cantidad de dinero. Pasamos una tarde estupenda y a la celebración se sumaron otros amigos. Finalmente, el partido acabo favorable para Brasil y el barullo que se armó no os lo imagináis (si celebran así el primer partido, no quiero imaginar si llegan a ganar la final…).
Ya hemos acordado que tenemos que ver en nuestra casa algún partido de España y, por supuesto, ya tenemos lugar para ver el próximo de Brasil. Eso ya os lo contaremos en el próximo episodio.
Durante la charla con el diputado


Todos juntos después de la palestra

Ney Valente



Así decoraron de bien su fachada

Churrasco 


El pequenho de los Valente




TO BE CONTINUED…

P.D: La cresta que luce Fede cual gallo de corral es obra de otro de los profes de capoeira y admirada por todos los habitantes del barrio. Ahora, ya somos los dos unos macarras, él con su tupé y yo con mi lado rapado que ya va creciendo :D 



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